El origen de la zambomba flamenca, aunque no está claro, se cree que data del siglo XVIII, cuando los vecinos y amigos se reunían en los patios de las casas, a elaborar los típicos dulces navideños y otros preparativos para las fiestas navideñas. Como no podía ser de otra manera, estas reuniones se amenizaban alrededor de una hoguera, con cante, baile y palmas.
Con el tiempo, ya en este siglo, la incorporación de villancicos tradicionales, a ritmo de bulerías, ha consolidado esta fiesta en todos los rincones de Andalucía. Es raro el pueblo donde una peña o asociación de vecinos, cofradía o ayuntamiento no organice una zambomba flamenca para celebrar el inicio de la navidad.
Esta fiesta, se encuentra muy arraigada en la zona de la campiña jerezana, y en la provincia de Cádiz en general, donde cada año podemos encontrar innumerables zambombas flamencas en todos sus pueblos. Tradición que se ha mantenido gracias a la transmisión oral de sus vecinos.
Normalmente sus celebraciones comienzan en el puente de la Inmaculada, en torno al 8 de diciembre, en las plazas y frente a una hoguera, que ayuda a mantenerse caliente en las frías tardes del invierno. Se acompaña de dulces típicos navideños como los buñuelos, los mantecados, los alfajores o roscos de vino.
Los verdaderos protagonistas de la zambomba flamenca son la espontaneidad y alegría de los presentas. Acompaña al cante y baile, instrumentos como la guitarra, el cajón, la pandereta y cómo no, la zambomba, originaria del congo y que apareció en Andalucía allá por el s.XV y en muchas ocasiones se alarga hasta altas horas de la madrugada e incluso el amanecer.
Si quieres saber más sobre esta tradición andaluza, no te pierdas este reportaje de Cultura Cuenta de la Junta de Andalucía.